1432409410331339 La culpa es un sentimiento polivalente, la usamos de distintos modos. Y nadie se escapa de sentirla ya que tiene un inevitable componente social y otro más anclado a la sombra de lo interno. Un auto concepto duro, resistente, bueno y valioso suele oponerse al sentimiento de culpa. Como siempre una medula espinal de autoconocimiento y autoestima nos amortigua y nos ilumina con sabiduría en los momentos menos fáciles. La culpa suele atacar a la conducta juzgada (como mala) además de atacar al autoconcepto (la idea que tengo sobre mí mismo) pasa de la conducta a un juicio sobre mi ser. Es la agresividad retro flexionada. La culpa es un proceso, no un juicio puntual, tiene antecedentes incluso genéticos y se materializa en una conducta y tiene consecuencias por ejemplo de vergüenza y autoagresión (me avergüenzo de ser yo). Llegados a este punto muchos listillos ya os habréis preguntado: ¿Y qué sentido biológico tendrá la culpa si es tan devastadora? La culpa también es un mecanismo que tapa otra emoción más profunda: «como me siento culpable pues ya no es tan malo». Aquí seguimos encerrados en un ego que trata de manipularse a si mismo haciéndose tal lio que su rectitud mental se va alejando a marchas forzadas. Así que en cierto modo y simplificando mucho, es un evitador de responsabilidad, en algunos casos. La Conciencia de culpa no es lo mismo que el sentimiento de culpa: Por ejemplo, la conciencia de culpa sana pone en cuestión la conducta evaluada, pero no hago un juicio descalificativo de toda mi persona (esto que hice en tal situación, en tales condiciones no sería lo más esperable) Procede de una libertad auto responsable. La libertad y la conciencia de culpa están íntimamente ligadas. En la conciencia de culpa lo grave es lo que yo he hecho a otro. A diferencia de en el sentimiento de culpa, donde se repliega contra uno mismo. En la conciencia de culpa lo importante es a quién le he hecho daño. Genera más deseo de construir que dar cuentas malsanamente a lo que he destruido. La conciencia de culpa no se auto agrede. Por supuesto que la conciencia de culpa es compatible con el amor a uno mismo. Y uno toma conciencia que en el presente, que es lo único que existe, no vale la pena culpabilizarse sino responsabilizarse. Que no vale la pena preocuparse y si ocuparse. Y en eso radica la responsabilidad de la paz de los que vibren en la culpa.