Muchas personas comen a deshora, otros aun peor,comen de forma compulsiva alimentos que les dañan, comen en el bus, por la calle, de noche y nunca están satisfechos. Siguen buscando siempre más comida, la comida siempre está en su mente al igual que una sensación de culpa y de tristeza.

Esto se debe a razones tanto nutricionales como psicológicas.Hoy hablare de las psicológicas.A las razones psicológicas las llamamos el “comer emocional”. Este comer emocional está relacionado con la insatisfacción ya sea con uno mismo o con la propia vida.

Lo primero que tenemos que hacer es distinguir el hambre real del emocional, DARME CUENTA DE SI TENGO HAMBRE DE VERDAD O ES HAMBRE EMOCIONAL :

 

La segunda idea importante es: cuando descubro que tengo un vacío interior y eso es lo que me lleva a comer compulsivamente para llenarlo: VALIDAMOS ESA EMOCIÓN. Incluso aunque toda tu vida sea estéticamente perfecta quizás sientes que te falta algo, muy bien pues en vez de capar esa queja transformemosla en la expresión concreta de lo que nos pasa:Lo que no nombro no lo puedo gestionar ni cambiar.

Imagina que ese vació esta lleno de aburrimiento: perfecto! ya sabemos qué necesidad tengo y en vez de comerme lo que voy pillando, me responsabilizo de crear tareas estimulantes o retos que me hagan vibrar alto en mi día a día.  No es una cuestión de pasar el tiempo sino de vivir cada rato con intensidad y de acuerdo aun propósito.

Un ejercicio de introspección que nos puede ayudar es buscar un lugar en el que pueda relajarme en calma y preguntarme: ¿Por qué me siento mal, qué me preocupa exactamente? ¿Qué me falta para sentirme pleno? ¿Qué necesito?

Quizá por tipo de personalidad me quejo mucho y descubro que este vacío no se llena porque me anclo en la queja, quizá descubro que hace años que no me dedico a mi y ahora que se han ido los hijos tengo mas tiempo libre y ese vació me llama a renacer y a penar en mi…. son algunos ejemplos

Y es que cuando no nos escuchamos, cuando no conectamos con nuestras necesidades más hondas aparece el hambre de uno mismo. Esa parte nuestra más profunda nos lanza mensajes a través del cuerpo físico, se comunica en forma de hambre insaciable, de compulsión por tomar drogas, compras compulsivas y demás excesos.

Igualmente se me van ocurriendo algunas ideas a modo de vacuna anti vacíos emocionales:

  1. ilusionarte es obligatorio: a veces sentimos que nos falta algo porque nos hemos desconectado  del goce, de la belleza y del placer de la vida. Diviértete y contacta con la naturaleza.
  2. Si tienes el pensamiento enfrascado y rumiante  y emociones revueltas-> busca ayuda para eso esta la terapia es fácil, sencillo y para toda la familia.
  3. Busca un propósito  y crea hábitos y rutinas conforme a él: no tienes que inventártelo tienes que descubrirlo si no lo sabes. Busca entre las cosas que te encantan y te salen solas, y pon ese don a servir (esto ultimo es muy importante).
  4. Vive desde el amor, la comprensión y la ternura: si tienes una relación sana entrégate desde estas actitudes y si no la tienes cuida así a quien te rodea y siempre en cualquier situación también trátate a ti mismo con mucho amor, dulzura y ternura.

Suprimir nuestras emociones es involucionar, no escuchar nuestras verdaderas necesidades es una negligencia y no actuar en favor de nuestra vida es alargar un tiempo muerto, vacío de nutrientes y de sentido.

 

Sara Hernández Psicóloga Humanista

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