El pasado jueves 18 de junio ,me tome un café con Mauro Jannone y estuvimos conversando sobre cómo ser personas más sostenibles.

Mauro es licenciado en ciencias políticas  y  master en comunicación medio ambiental y de el extraje algunos conceptos que me ayudan a tener mayor conciencia con el cuidado del planeta.

Esta charla me hizo meditar acerca de la mente como ente insostenible o sostenible.

La mente sostenible como concepto, a priori a mí me suela a una mente que se pueda mantener, que se pueda llevar, que no se autodestruya con contaminantes para la vida misma de la persona.

Sostenible, también me lleva a esa visión de la persona que no se prioriza egoístamente en prepotencia de otras personas menos favorecidas , menos suertudas.. Una mente que se puede sostener es una  mente que no juzga. Que hace el esfuerzo contante por permanecer consciente y en continuo reciclaje de lo que ya no le sirve.

Una mente no sostenible por contraposición sería una mente que no ahorra en pensamientos falsos, que se deja llevar por las mareas de pensamientos que le surgen.  Una mente insostenible no dejaría espacio a la energía psíquica del otro y ensuciaría la comunicación con especulaciones, fantasías, deseos y otras suposiciones fruto de creencias inconscientes.

En terapia y en la vida, nos encontramos con personas muy atormentadas por sus propias mentes, que sufren hondamente e innecesariamente en la mayoría de los casos. Vivimos en una cultura que todavía no prioriza la evolución personal y el libre pensamiento. Vivimos en una cultura que todavía no imparte educación emocional a los niños como asignatura. Vivimos en un mondo de plástico que trata los recursos del planeta  como si la vida no fuera algo que honrar y cuidar.

Entonces vemos que tal y como tratamos los recursos materiales es como tratamos nuestros mecanismos psíquicos, y viceversa.

El caso es que por bienestar emocional es verdaderamente importante cuidar el entorno y la vida que nos mece.

Crear un par de buenos hábitos respecto al respeto al planeta nos hace más bien a nosotros que el impacto real que tiene nuestra labor.

Podemos entrar en la queja por la mala o buena gestión de lo que ocurre en esta época post covid que nos toca experimentar o podemos empezar a ser el cambio que queremos ver ahí fuera.

Podría acabar diciendo, dime como cuidas al planeta y te diré cómo piensas.

Hasta otro rato , gracias por tu tiempo.

Sara Hernández Psicóloga Humanista