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El espacio terapéutico es un útero psicológico donde podemos poner sobre la mesa nuestra sombra para desidentificarla de nuestra esencia y entender para qué esta manera de percibir me sirve de algo.

Quizá en ese momento eran las posibilidades que tenia o igual en este momento estoy mareado por mis pensamientos y emociones y eso forma parte de un programa que no veo y como no lo conozco no lo puedo gestionar.

Todos necesitamos un espejo. Dar sentido y concretar lo inespecífico, aclarar las ideas y amansar los miedos.

El poder de la persona pasa por dejarse mecer en la paz de uno mismo, dejar que brote el sentido de nuestras vidas de la sabiduría de cada célula.

Nuevas herramientas, nuevas perspectivas para sanar y muscular para poder ver la luz del día con lentes limpias.

El camino al inconsciente siempre tiene que ser un camino en compañía. Nos herimos en las relaciones y nos sanamos en otra relación. La felicidad está en el camino de vuelta a casa, la vuelta a la conciencia.

Terapeia, del griego, acompañar cuidando.

Sara Hernández Psicóloga Humanista

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