Al igual que no dejamos que nuestro coche se quede sin carburante, es de locos dejar que nuestra mente se quede sin algo estimulante.

La motivación es la gasolina del cerebro.

No queremos controlar la mente, sino entrenarla. Por esto, a la hora de llevar a cabo nuestros propósitos de año nuevo (o siempre que queramos crear un hábito nuevo), vamos a crear buenos hábitos que automaticen y sistematicen la motivación interna..

No se puede estar motivado sin estar conectado. Cada cual se motiva con unas cosas y debemos conectarnos con esta energía natural que nace de nosotros como una fuente. De ahí, de nuestros talentos más genuinos nacen las fuerzas para aguantar lo inaguantable para otros.

Para ello vamos a ir preparando unos trucos infalibles que a la vez nos harán ganar en autoconocimiento e inteligencia emocional.

La formación psicológica de hábitos consiste en lo siguiente: UNA SEÑAL O RECORDATORIO + UNA RUTINA +UNA RECOMPENSA. Pero para no mandar a a porra cualquier estrategia de crear hábitos hoy trabajaremos en lo que nos sostiene contra viento y marea: la motivación.

Es importante tener claras las   recompensas de calidad que nos damos cuando estamos haciendo un esfuerzo. aunque solo con premios no se consigue lo que queremos.

Las recompensas nos impulsan a conseguir metas. Hacen que una y otra vez cojamos aire y como si nada volvamos a ahorrar para darnos un viaje, hacen que hagamos lo imposible por volver a sentirnos de tal y cual manera. Y es que la mayoría de nuestras acciones está condicionada por recompensas. La mayoría son inconscientes y la mayoría son más potentes de lo que podemos imaginar.

Pero no me refiero a esas recompensas de : como he hecho mi hábito cada día el viernes voy al cine. Eso está muy bien pero también es una gran  recompensa un buen pensamiento genuino hacia uno mismo: estoy en el camino estoy orgullosa de no fumar, estoy actuando con coherencia soy una buena influencia para mis hijos.

hablando de recompensas: Imagina lo siguiente: Tienes la necesidad imperiosa de chocolate. Tu cerebro quiere su recompensa, que es degustar el suculento sabor a chocolate mmm…. Resulta que la recompensa no es saborear el postre sino que con solo pensarlo tu cerebro ya experimenta esa recompensa.

 ¿Por qué ocurre esto?

La dopamina se libera en el cerebro con el simple estímulo de pensar en nuestro objeto de deseos decir antes que probar bocado.

Aquí os dejo unas imagenes que dicen más que mil palabras.

Es decir que somos adictos potenciales por nuestra fisiología, cada cual tiene su gran o pequeña adicción. Mejor será estar apegado a buenos hábitos que activen nuestra motivación y no nuestro circuito de la adicción.

Y además de razones neurológicas sabemos que el cerebro procesa simbólicamente y de ahí que la hipnosis sea tan potente.

Pero al hilo del tema de las recompensas , para contrarrestar la recompensa placentera a corto plazo del mal hábito habrá que crear circuitos de recompensas que nos lleven por el buen camino.

Como somos seres de exquisita inteligencia y ya conocemos cómo funciona nuestra mente, vamos a programar nuestro cerebro hacia el éxito con este ejercicio que has de recordarte a diario durante 31 días:

  1. Concretar: ¿Qué deseas conseguir?……………………………………………..

2. Un motivo: concéntrate y encuentra el gran motivo que te hace mover montañas. La razón más genuina de tu objetivo.

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  1. Una imagen: Durante la jornada de hoy te invito a que imagines a todo color el momento en el que has conseguido tu objetivo: ya sea conseguir el peso ideal, comer sin ansiedad, estar enérgico y sereno… el que sea.

Puede ayudarte poner en tu nevera una frase con ese objetivo o una imagen, lo que sea que tú sabes que tanto te motiva.

Vamos! es el momento de echar gasolina de motivación al cerebro. Imaginate esa imagen dibujala y repitela en tu mente lo que sea necesario.

  1. Ya tenemos esa imagen, ahora creemos un pensamiento.

Recuerda uno de tus mayores logros en la vida, ¿Qué te dices a ti mismo?¿Qué piensas sobre ti mismo y tus capacidades?

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Por ejemplo: si un gran logro fue “conseguí comprarme la casa de mis sueños” o “conseguí superar aquello que tanto me costaba” y por ejemplo, los pensamientos fueron “soy capaz de cualquier cosa, tengo total confianza en mis capacidades y me lo he demostrado, soy un potencialidad pura, estoy bendecid@ por la buena fortuna”

Con esta imagen y con este pensamiento tenemos algunas herramientas de programación de la felicidad imborrables…

En siguientes capítulos las emplearemos para crear hábitos imborrables y toda una vida de éxitos.

Buen trabajo y mil gracias!

Sara Hernández Psicóloga Humanista

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